Cristopher, un joven abrumado por el paso del tiempo, observa el reloj de pared de su comedor. En un arrebato, intenta romperlo, buscando detener su incesante avance. Sin embargo, se detiene, comprendiendo que el problema no es el tiempo sino su desperdicio. 

Este corto tiene la intención y el objetivo de transmitir un mensaje; debemos aprovechar el tiempo y no echarle las culpas al mismo por no saber aprovecharlo.

Personalmente, me ha sorprendido el resultado de un corto grabado con teléfono móvil y con pocos recursos, normalmente para realizar proyectos acostumbramos a tener muchas herramientas a nuestra disposición, pero para este he querido tratar de utilizar lo mínimo posible y trabajar en otras condiciones a las que suelo estar acostumbrado.

Ha resultado un reto tratar de encontrar una buena iluminación y poder encontrar los planos y encuadres que más se ajusten al mensaje que quiero expresar.